INFLUENCIA DE LA LOGIA
Los logistas no consiguieron desde luego refundir en su seno el personal del gobierno, que era una de las condiciones indispensables para extender su influencia y establecer su predominio. El Triunvirato no podía hacerlo sin abdicar, y el genio sistemático de don Bernardino Rivadavia que le daba nervio, fue el obstáculo con que tropezó en este sentido. No obstante esto, su influencia se ramificó en toda la sociedad, y los hombres más conspicuos de la revolución por su talento, por sus servicios o su carácter se afiliaron a ella. Los clubes y las tertulias políticas donde hasta entonces se había elaborado la opinión por la discusión pública o las influencias de círculo, se refundieron en su seno por una atracción poderosa. Uno de los más ardientes promotores de las asociaciones públicas, el Dr. Bernardo Monteagudo, tribuno inteligente, de pluma y de palabra, se constituyó en activo agente de la Logia, llevándole el concurso de la juventud que acaudillaba. San Martín, en vista de este resultado, creyó haber encontrado el punto de apoyo que necesitaba la política. Alvear con su talento de intriga y su ambición impaciente, se lisonjeó con la esperanza de tener bajo su mano el instrumento poderoso que necesitaba para elevarse con rapidez. Desde entonces la influencia misteriosa de la Logia
empezó a extenderse por todo el país, haciendo presentir un cambio inmediato en su situación política.
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