lunes, 24 de junio de 2013

En relación con San Martín y la Logia Lautaro de Buenos Aires, existen teorías que afirman que durante el viaje que el Libertador hizo a Londres hacia fines de 1811, en reunión con Andrés Bello y otros, tomó conocimiento del Plan Maitland (Plan para capturar Buenos Aires y Chile y luego emancipar Perú y Quito) que, básicamente, se proponía el control de Buenos Aires, el derrocamiento de las tropas españolas en Chile y , finalmente, el paso a Perú en donde se encontraba el núcleo principal del poder realista.
Cabe mencionar que en ese momento, la Logia Lautaro (Cádiz) era apoyada por varios militares que venían de Francia deseosos de poder eliminar en una España sumamente debilitada a los borbones absolutistas.
En 1817, tras el cruce de los Andes y el triunfo en la Batalla de Chacabuco por parte del ejército argentino-chileno, se fundó una nueva filial en Santiago de Chile comandada por, entre otros, Tomas Guido, José Antonio Balcarce, Manuel Blanco Encalada, Juan Gregorio Las Heras, etc.
Hacia 1820, la Logia Lautaro de Buenos Aires fue disuelta por desavenencias políticas: desde Buenos Aires solicitaron a San Martín y su ejército que regresaran en momento de la expedición al Perú para sofocar un levantamiento de caudillos en el Litoral del país. Su negativa aseguró, sin que ese fuera el propósito, el triunfo de los rebeldes ante un débil ejército porteño en la batalla de Cepeda. San Martin no estaba dispuesto a que se derramara sangre entre hermanos, tales fueron sus palabras. El Directorio, gobierno de Buenos Aires por aquel entonces, la condenó a su desaparición.

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