lunes, 24 de junio de 2013

Logia Lautaro de Buenos Aires

La Logia Lautaro tuvo su primera filial en América en la Ciudad de Buenos Aires, en 1812, creada secretamente por José de San Martín, Carlos María de Alvear, y Julián Álvarez. Tenía como objetivo principal luchar para lograr la independencia de la América Española, triunfando en el plano militar, y haciendo que la política siguiera ese objetivo básico. Desde fines de 1812 se unió a ella la Sociedad Patriótica, que fuera creada por los seguidores de Mariano Moreno.
San Martín había participado en Londres en las reuniones del grupo que se desarrollaron en las casas de Andrés Bello y Luis López Méndez.
La Logia Lautaro de Buenos Aires mantenía sus reuniones en los domicilios de alguno de sus miembros o en un local ubicado en lo que actualmente es la calle Balcarce, frente al Convento de Santo Domingo.
Entre sus miembros o "Hermanos" más importantes se contaron:
  • José de San Martín
  • Carlos María de Alvear
  • José Matías Zapiola
  • Ramón Eduardo de Anchoris
  • Bernardo de Monteagudo
  • Juan Martín de Pueyrredón
  • Antonio Álvarez Jonte
  • Nicolás Rodríguez Peña
  • Julián Álvarez
  • José Antonio Álvarez Condarco
La influencia de la Logia en la política rioplatense llegó a su punto más alto durante los gobiernos del Segundo Triunvirato y los dos primeros Directores Supremos de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Gervasio Posadas y Carlos Alvear. Tras la caída de éste, la logia perdió influencia pero cobró nuevo impulso con el nombramiento del nuevo Director Supremo, Juan Martín de Pueyrredón. Él fue quien reorganizó la Logia Lautaro con el nombre de "Gran Logia" o "Logia Ministerial" y la puso a su servicio. Esta nueva logia fue dirigida por el Director Supremo Pueyrredón, su ministro Gregorio García de Tagle y el general Tomás Guido, amigo y confidente de San Martín.
Entre sus miembros figuraron personalidades heterogéneas como:
  • Juan Martín de Pueyrredón
  • José de San Martín
  • Tomás Guido
  • Gregorio García de Tagle
  • Vicente López y Planes
  • Antonio Sáenz
  • Feliciano Antonio Chiclana
  • Felipe Arana
  • Domingo French
  • Antonio Luis Beruti
  • Juan José Paso
  • Pedro Agrelo
  • Manuel Moreno
  • Cornelio Saavedra
  • Manuel Belgrano
  • Eustoquio Díaz Vélez
  • Marcos Balcarce
  • Juan Larrea
  • Esteban Agustín Gascón
  • Julián Álvarez
La Gran Logia brindó su apoyo incondicional al Director Supremo y al Congreso de Tucumán y fue el principal puntal del Plan Continental que llevó a cabo el general de San Martín y el Ejército de los Andes para culminar la Guerra de la Independencia de Chile, que había caído nuevamente en poder de los realistas, restaurar el gobierno independentista y poner fin al dominio español en elVirreinato del Perú, el principal centro de poder español en América del Sur.
La influencia de la Logia porteña se extendió de a poco entre otros países sudamericanos, fundándose varias filiales.
La logia fue disuelta en el año 1820 por diferencias políticas entre el Directorio porteño y el general San Martín. El gobierno había encargado a San Martín, mientras éste se encontraba preparando la expedición al Perú, marchar con su ejército contra las tropas de los caudillos federales, sublevados en el litoral del país. Pero San Martín se negó, aduciendo a que no toleraría el "derramamiento de sangre entre hermanos". Ante esta negativa, el Directorio decidió disolver la logia, proceso que fue completado poco después de la Batalla de Cepeda, que produjo la finalización de la autoridades nacionales y el comienzo de la Anarquía del Año XX.
Las Logias Lautarinas, mucho se ha escrito sobre el tema. El nombre de Lautaro proviene de un indomable cacique chileno que en el siglo XVI incitó a su pueblo araucano a luchar contra la dominación colonial española, se dice que así nació la idea de llamar a la sociedad patriótica de jóvenes revolucionarios americanos con el nombre de Lautaro como tributo a ese joven nativo. 
La Sociedad de Lautaro fue una filial de la Gran Reunión Americana que fundó y dirigió en 1797 en su casa de la vecindad de Londres, el mejor maestro político, el más claro en las explicaciones, el mas fuerte en el sentimiento revolucionario y el más elevado en las ideas de libertad , como lo fue Francisco de Miranda Precursor de la Independencia Americana. 
Las logias lautarinas usaban la terminología y organización masónica, hay que saber diferenciar entre sociedades patrióticas y las logias masónicas que actuaban clandestinamente en la lucha por la libertad de los pueblos. Unos autores dicen que las logias lautarínas no eran logias masónicas y este criterio lo confirma también Domingo F Sarmiento, conocido masón cuando escribe en el año 1.857 El levantamiento de los criollos requería prudencia sigilo y combinación, mas adelante dice este mismo autor, que mas de cuatrocientos hispanoamericanos diseminados en España se entendieron para formar una sociedad secreta que luego se conoció con el nombre de Lautaro y para guardar secretos tan comprometedores se revistieron de fórmulas signos, juramentos y grados de las sociedades masónicas. Otro probado y autorizado masón Bartolomé Mitre nos dice en uno de sus textos: Las sociedades compuestas por americanos antes de estallar la revolución se habían generalizado en Europa, revestían todas la forma de las logias masónicas pero solo tenían de tales los signos, formulas juramentos etc., no iniciaban en sus misterios porque su objeto era profesar el dogma republicano y comprometerse a trabajar por la independencia de América. 

Representación del Juramento de Albear



Una de las primeras obligaciones de los hermanos de la logia, era auxiliarse y protegerse en cualquier conflicto de la vida civil, apoyando sus opiniones pero si estas eran contrarias a la opinión pública, los hermanos debían por lo menos observar silencio. 
En cuanto a las leyes penales estas contemplaban que el hermano que dejara de asistir por mera voluntad a las reuniones del taller, siendo muy frecuentes sus faltas, era declarado inhábil para cualquier puesto y por el tiempo que juzgara la logia. Otro aspecto importante era el juramento de guardar silencio por todo lo que se trataba en la logia y el hermano que revelara el secreto de la logia ya sea por palabras o señales, era reo de muerte. y el que acusara falsamente a otro hermano era castigado con la pena del Talión. El que no cumpliese con lo resuelto por la mayoría del taller era castigado con la pena que correspondía a la gravedad de la falta. En el Reglamento de debate, los socios tenían que asistir con puntualidad. Ninguna moción podía discutirse sin ser apoyada, el hermano podía opinar libremente sobre la materia en discusión pero no podía hacerlo sin haber pedido y obtenido la palabra del Presidente. La votación se realizaba levantando la mano derecha por la afirmativa, y permaneciendo las manos quietas por la negativa. 
Así funcionaba una logia lautarína en la época de la guerra por la independencia, no hay duda que fueron instrumentos efectivos para concretar la empresa independizadota americana, fueron vías políticas con un objetivo definido y para lograr ese objetivo sus principales dirigentes (todos masones), tomaron los medios y las formas de funcionamiento masónicos. Luchar por los derechos humanos y por la independencia de los pueblos era y sigue siendo el objetivo de las logias lautarínas y de todas nuestras logias masónicas. 
José de San Martín, fundador de la logia lautaro y de la Gran Logia de Buenos Aires. Otra logia lautarína en la Argentina fue la de Tucumán fundada por Manuel Belgrano. Bernardo O´Higgins cofundador de la Logia Lautarina de Santiago de Chile fueron las figuras principales del movimiento secreto que tuvo como objetivo cambiar el estado absolutista por un estado liberal independiente. 
En relación con San Martín y la Logia Lautaro de Buenos Aires, existen teorías que afirman que durante el viaje que el Libertador hizo a Londres hacia fines de 1811, en reunión con Andrés Bello y otros, tomó conocimiento del Plan Maitland (Plan para capturar Buenos Aires y Chile y luego emancipar Perú y Quito) que, básicamente, se proponía el control de Buenos Aires, el derrocamiento de las tropas españolas en Chile y , finalmente, el paso a Perú en donde se encontraba el núcleo principal del poder realista.
Cabe mencionar que en ese momento, la Logia Lautaro (Cádiz) era apoyada por varios militares que venían de Francia deseosos de poder eliminar en una España sumamente debilitada a los borbones absolutistas.
En 1817, tras el cruce de los Andes y el triunfo en la Batalla de Chacabuco por parte del ejército argentino-chileno, se fundó una nueva filial en Santiago de Chile comandada por, entre otros, Tomas Guido, José Antonio Balcarce, Manuel Blanco Encalada, Juan Gregorio Las Heras, etc.
Hacia 1820, la Logia Lautaro de Buenos Aires fue disuelta por desavenencias políticas: desde Buenos Aires solicitaron a San Martín y su ejército que regresaran en momento de la expedición al Perú para sofocar un levantamiento de caudillos en el Litoral del país. Su negativa aseguró, sin que ese fuera el propósito, el triunfo de los rebeldes ante un débil ejército porteño en la batalla de Cepeda. San Martin no estaba dispuesto a que se derramara sangre entre hermanos, tales fueron sus palabras. El Directorio, gobierno de Buenos Aires por aquel entonces, la condenó a su desaparición.
La Logia Lautaro fue fundada en la ciudad de Cádiz en el año 1811, cuyo nombre se eligió en honor a un caudillo chileno de origen mapuche llamado Lautaro que se levantó en contra los colonizadores en el siglo XVI, incitando al pueblo a luchar por la independencia. Inspirada en las logias masónicas y presidida en sus inicios por José de Gurruchaga, estuvo integrada por importantes personalidades de su época cuyo objetivo era el establecimiento de gobiernos libres en América Latina. En ella participaron: Simón Bolívar, Andrés Bello, Bernardo O´Higgins, José de San Martin y Francisco de Miranda, entre otras figuras distinguidas.
Para esclarecer el origen de la Logia Lautaro vale detenerse en el último de los mencionados, Francisco de Miranda. Hijo de un canario y una venezolana, y de origen bastante humilde, fue un general venezolano considerado uno de los principales emancipadores de la América española. Participó en la Guerra de la independencia de los Estados Unidos, en la Revolución Francesa y en la Guerra de la Independencia Hispanoamericana. En 1797 fundó en Londres la Gran Reunión Americana Logia de los Caballeros Racionales cuya finalidad era, justamente, la emancipación de América. En tal sentido, La Logia Lautaro fue su primera filial. Posteriormente, y con el nombre Logia Lautaro de Buenos Aires, llegó al Río de la Plata promovida por José de San Martin, Carlos María de Alvear y José Matías Zapiola.
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Otras Logias: 


  • Logia de Lima
  • Logia de Bogotá
  • Logia Argentina de Tucumán
  • Logia del Ejército de los Andes o Logia Lautaro de Mendoza
  • Gran Oriente de Brasil (fundado el 17 de junio de 1822)
Miembros:



  • José de San Martín
  • Carlos María de Alvear
  • José Matías Zapiola
  • Ramón Eduardo de Anchoris
  • Bernardo de Monteagudo
  • Juan Martín de Pueyrredón
  • Antonio Álvarez Jonte
  • Nicolás Rodríguez Peña
  • Julián Álvarez
Carlos Maria de Alvear (miembro de la Logia)


José Matías Zapiola (miembro de la Logia)



José de San Martín (miembro de la Logia)
SAN MARTIN Y LA LOGIA LAUTARO

Llegada de San Martín, Alvear y otros militares (9 de marzo).El 9 de marzo llegaba de Londres la fragata inglesa George Canning. La Gaceta informaba el 18que a su bordo habían venido “el teniente coronel de caballería D. José de San Martín, primerayudante de campo del general en jefe del ejército de la Isla (de León), marqués de Campigny,el capitán de infantería D. Francisco Vera, el alférez de navío D. José Zapiola, el capitán demilicias D. Francisco Chilavert, el alférez de carabineros reales D. Carlos de Alvear y Balbastro,el subteniente de infantería D. Antonio Arellano, y el primer teniente de guardias valonasbarón de Holmberg”.San Martín, nacido en Yapeyú de Misiones el 25 de febrero de 1778, era hijo del capitánespañol Juan de San Martín, teniente gobernador de ese departamento misionero. A los ochoaños pasó con sus padres a España educándose en el Seminario de Nobles de Madrid, a losdoce ingresó al ejército como cadete del regimiento Murcia recibiendo su bautismo de fuegoen la guerra de África. Estuvo en el Rosellón en la guerra contra la República francesa de 1793,luego combatió contra Inglaterra y Portugal. En 1808, producida la guerra contra Napoleón,toma parte en Bailen, combate a las órdenes de Beresford en Albuera, y finalmente está en Cádiz en 1811. Tenía 34 años, era teniente coronel y “veinte años de honrados servicios me habían atraído alguna consideración no obstante ser americano”. Inesperadamente el 19 de setiembre deja su importante cargo en la Isla de León pidiendo “retiro para pasar a Lima”;pero se embarca subrepticiamente a Londres, donde un amigo lord Mac Duff, que combatía voluntariamente en España le había conseguido pasaporte y recomendaciones.Al mismo destino llegaron con diferencia de días Alvear y Zapiola, encontrándose allí con Holmberg, Vera y Chilavert, escapados de Cádiz los dos últimos, donde habían sido remitidos por la tentativa revolucionaria de Montevideo de julio de 1810. En Londres se reunieron con el venezolano Andrés Bello, el mejicano Servando Teresa Mier y los argentinos Manuel Moreno y Tomás Guido, iniciados en la entidad secreta fundada por Miranda en 1797 llamada LogiaLautaro o “Gran Reunión Americana”. San Martín fue admitido con el grado 5º, que era elsuperior.Los “Granaderos montados”.A los ocho días de su llegada, San Martín fue reconocido en su grado de teniente coronelencomendándole que formase un escuadrón de caballería de línea. Alvear fue dado de altacomo mayor (era teniente en España) y Zapiola como capitán.Ese escuadrón sería la base de los “granaderos montados”, regimiento modelo instruidocuidadosamente por San Martín. Lo compuso con tropa elegida por su físico y buena disciplina,y oficiales depurados en una academia de rígido sentido del honor y el deber. Su cuartelestuvo en el Retiro (hoy plaza San Martín).Profesor Jorge Acuña



¿ Por que el nombre "Lautaro" ?

El nombre proviene de un cacique indio que en el siglo XVI, incitó a su pueblo a luchar contra los opresores. Alonso de Ercilla canta su historia en La Araucana. El hombres del cacique Lautaro matarón al gobernador de Chile Pedro de Valdivia en 1541. La adopción del nombre de un cacique indígena de Chile ilustra que la visión de América de los integrantes porteños de la Logia era continental y trascendía la etapa que iniciada con la Conquista.
La Logia Lautaro fue una organización latinoamericana de la Gran Reunión Americana, también conocida como Logia de los Caballeros Racionales o Logia Lautarina, fundada por Francisco de Miranda en el año 1797 en Londres
Ramón Eduardo de Anchoris (miembro de la Logia)


¿A que se debe su nombre?

Su nombre se debe a los relatos que contó Bernardo O'Higgins a Miranda sobre la oposición que realizó el toqui mapuche Lautaro a la dominación española de Chile en el siglo XVI.


Bernardo de Monteagudo (miembro de la Logia)



¿Cual era el Objetivo?

El objetivo de esta logia era lograr la independencia de América de los españoles, estableciendo un sistema republicano unitario y un gobierno unipersonal. 
Juan Martín de Pueyrredón: (miembro de la Logia)



¿Que decía el historiador argentino Emilio J. Corbiere?
Según él, la masonería llegó al Río de la Plata a finales del siglo XVIII, influida por la masonería española y no por la inglesa como se ha creído. 
Antonio Álvarez Jonte (miembro de la Logia)



CONSTITUCIÓN DE LA LOGIA LAUTARO
Según su constitución, cuando alguno de los hermanos fuese elegido para el Supremo Gobierno del Estado, no podría tomar por sí resoluciones graves sin consulta de la Logia, salvo las deliberaciones del despacho ordinario. Con sujeción a esta regla, el gobierno desempeñado por un hermano, no podía nombrar por sí enviados diplomáticos, generales en jefe, gobernadores de provincia, jueces superiores, altos funcionarios eclesiásticos, ni jefes de cuerpos militares, ni castigar por su sola autoridad a ningún hermano. Como comentario de esta disposición, se establecía la siguiente regla de moral pública: “Partiendo del principio que la Logia, para consultar los primeros
empleos, ha de pesar y estimar la opinión pública, los hermanos como que están próximos a ocuparlos, deberán trabajar en adquirirla”. Era ley de la asociación auxiliarse mutuamente en todos los conflictos de la vida civil, sostener a riesgo de la vida las determinaciones de la Logia, y darle cuenta de todo lo que pudiera influir en la opinión o seguridad pública. La revelación del secreto “de la existencia de la Logia por palabras o por señales” tenía “pena de muerte por los medios que se hallase por conveniente». Esta conminación, reminiscencia de los misterios del templo de Isis y copiada de las constituciones de la Logia Matriz de Miranda, sólo tenía un alcance moral. Por una adición a la Constitución se disponía, que cuando alguno de los hermanos de la Logia Matriz fuese nombrado general de ejército o gobernador de provincia, tuviese facultad para crear una sociedad dependiente de ella compuesta de menor número de miembros.
Nicolás Rodríguez Peña (miembro de la Logia)


INFLUENCIA DE LA LOGIA
Los logistas no consiguieron desde luego refundir en su seno el personal del gobierno, que era una de las condiciones indispensables para extender su influencia y establecer su predominio. El Triunvirato no podía hacerlo sin abdicar, y el genio sistemático de don Bernardino Rivadavia que le daba nervio, fue el obstáculo con que tropezó en este sentido. No obstante esto, su influencia se ramificó en toda la sociedad, y los hombres más conspicuos de la revolución por su talento, por sus servicios o su carácter se afiliaron a ella. Los clubes y las tertulias políticas donde hasta entonces se había elaborado la opinión por la discusión pública o las influencias de círculo, se refundieron en su seno por una atracción poderosa. Uno de los más ardientes promotores de las asociaciones públicas, el Dr. Bernardo Monteagudo, tribuno inteligente, de pluma y de palabra, se constituyó en activo agente de la Logia, llevándole el concurso de la juventud que acaudillaba. San Martín, en vista de este resultado, creyó haber encontrado el punto de apoyo que necesitaba la política. Alvear con su talento de intriga y su ambición impaciente, se lisonjeó con la esperanza de tener bajo su mano el instrumento poderoso que necesitaba para elevarse con rapidez. Desde entonces la influencia misteriosa de la Logia
empezó a extenderse por todo el país, haciendo presentir un cambio inmediato en su situación política.
Julián Álvarez (miembro de la Logia)


JUICIO SOBRE LA LOGICA
Se ha exagerado mucho en bien y en mal la influencia latente de la Logia Lautarina en los destinos de la revolución. Se ha supuesto una acción continua y eficiente sobre los acontecimientos contemporáneos, que carece de fundamento histórico, y que las intermitencias de la revolución contradicen. En un sentido o en otro, se le ha atribuido la maternidad de hechos que estaban en el orden natural de las cosas, y que con ella o sin ella se habrían producido igualmente. Se la ha hecho responsable de ejecuciones sangrientas o de crímenes aislados, que tienen su explicación y aún su justificación en otros móviles y otras necesidades, convirtiéndola así en un conciliábulo tenebroso de asesinos políticos. Acusada de abrigar planes liberticidas y reaccionarios, se la ha cargado como al chivo emisario con todos los errores y extravíos de su época, que no tuvieron ni pudieron tener su origen en la institución misma. Juzgada, por último, desde un punto de vista distinto de aquel en que sus autores se colocaron y sus contemporáneos la vieron, ha sido condenada sin equidad, y aun sin compulsar las piezas del proceso. La historia ha empezado a descorrer el velo oscuro de los tiempos que por tantos años la ha ocultado a los ojos de la posteridad, y su fallo definitivo y justiciero aún no ha sido pronunciado con perfecto conocimiento de causa. La Logia de Lautaro no fue (como su mismo nombre lo indica) una máquina de gobierno ni de propaganda especulativa: fue una máquina de revolución y de guerra indígena contra el enemigo común, a la vez que de defensa contra los peligros interiores. En este sentido contribuyó eficazmente a dar tono y rumbo fijo a la revolución; a centralizar y dirigir las fuerzas gubernamentales, dando unidad y regularidad a las evoluciones políticas que promovió y presidió, y vigoroso impulso a las operaciones militares con sujeción a un plan preconcebido, para imprimir mayor energía en los conflictos, para suplir en muchos casos la deficiencia de los hombres y corregir hasta cierto punto los extravíos de una opinión fluctuante, inspirando en momentos supremos medidas salvadoras, que la revolución ha reivindicado como glorias suyas.
La Logia Lautaro- Bartolomé Mitre (1821-1906)

Calcada sobre el plan de las sociedades secretas de Cádiz y de Londres, nació la organización de la célebre asociación, conocida en la historia bajo la denominación de LOGIA DE LAUTARO, que tan misteriosa influencia ha ejercido en los destinos de la revolución. La Logia de Lautaro se estableció en Buenos Aires a mediados de 1812, sobre la base ostensible de las logias masónicas reorganizadas, reclutándose en todos los partidos políticos, y principalmente en el que dominaba la situación. La asociación tenía varios grados de iniciación y dos mecanismos excéntricos que se correspondían. En el primero, los neófitos eran iniciados bajo el ritual de las logias masónicas que desde antes de la revolución se habían introducido en Buenos Aires y que existían desorganizadas a la llegada de San Martín y Alvear. Los grados siguientes eran de iniciación política en los propósitos generales. Detrás de esta decoración que velaba el gran motor oculto, estaba la Logia Matriz, desconocida aún para los iniciados en los primeros grados y en la cual residía la potestad suprema. El objeto declarado de la Logia era “trabajar con sistema y plan en la independencia de la América y su felicidad, obrando con honor y procediendo con justicia.” Sus miembros debían necesariamente ser americanos “distinguidos por la liberalidad de las ideas y por el fervor de su celo patriótico”.

SAN MARTÍN Y LAS SOCIEDADES SECRETAS - Horacio Juan Cuccorese (1921-1990)

El general Guillermo Miller admira a su ex jefe militar, el general San Martín. A la recíproca, San Martín recuerda los méritos de su amigo y colaborador en la guerra de la independencia. Miller redacta sus “Memorias”. Tiene algunas dudas. Para clarificarlas, nada mejor que recurrir al testimonio de San Martín. Le escribe una carta (Londres, 9 de abril de 1827) solicitando “noticias o apuntes”. Entre las noticias, la siguiente: “Yo no sé si convendría exponer los males que causó la logia establecida en Buenos Aires, y cómo por ella quedó usted casi con las manos atadas, cuando era necesario obrar con actividad y hacer un ejemplo con algunos jefes cuyas intrigas y escandalosa conducta fueron apoyadas por dicha logia. Si usted quiere que se trate sobre esto es necesario proveerme con la materia, porque yo ignoro la naturaleza de aquella sociedad.” ¿Qué piensa y siente San Martín, andando el tiempo y en el lejano exilio? Contesta inmediatamente (Bruselas, 19 de abril de 1827). Dice: “No creo conveniente hable Ud. lo más mínimo de la logia de Buenos Aires. Estos son asuntos enteramente privados, y que aunque han tenido y tienen una gran influencia en los acontecimientos de la revolución de aquella parte de América no podrían manifestarse sin faltar por mi parte a los más sagrados compromisos. A propósito de logias, sé a no dudar, que estas sociedades se han multiplicado en el Perú de un modo extraordinario. Esta es una guerra de zapa que difícilmente se podrá contener, y que hará cambiar los planes más bien combinados.” Comprobamos que San Martín es reservado con respecto a la logia de Buenos Aires. La prudencia es una virtud, y él la practica. Mantiene silencio con el fin de no lesionar la debida hombría de bien de los forjadores de la independencia. En consecuencia, ¿no debe llevarse a juicio la inconducta de los logistas? Una de las tantas confesiones de San Martín a su querido amigo Tomás Guido (Bruselas, 18 de diciembre de 1827) es esta: “Yo estoy seguro que los hombres me harán la justicia a que me creo merecedor. Pues bien: será Dios, los hombres honrados y la historia quienes juzguen la inconducta de los hombres de la logia de Buenos Aires.”
SAN MARTÍN, ¿MASÓN?

El logista San Martín pertenece a las sociedades secretas de Buenos Aires y Santiago de Chile con la única finalidad de declarar la independencia sudamericana. Es, pues, logista lautariano solamente. Nunca fue logista masónico. La masonería combate públicamente a la iglesia católica en la segunda mitad del siglo XIX. San Martín, muerto en 1850, era ignorado por la masonería argentina. Los logistas tenían encendidos sus labios y pronunciaban con unción patriótica los nombres de Cavour, Garibaldi, Gambetta, etc. San Martín era, como máximo, uno de los tantos recuerdos delebles del pasado histórico argentino. No les interesaba como modelo de virtud ciudadana para emprender las luchas revolucionarias por un cambio social.
San Martín jamás se manifestó como masón, ni en su vida pública como privada. La génesis de la versión masónica se inicia veintiséis años después de su muerte cuando Adolfo Saldías, masón, relaciona, aunque sin nombrar a San Martín, a la Logia Lautaro con la sociedad masónica. 
Finalmente la Logia Lautaro fue disuelta en el año 1820.


Cacique Lautaro
El Liderazgo de Lautaro
Lautaro demostró tener condiciones innatas de líder, pronto además demostraría tener condiciones de estratega militar. Con un elocuente discurso, pronto su pueblo le respondió a sus exigencias y planteamientos, siguiéndole en su aventura militar. Enseñó a su pueblo, basándose en demostraciones propias, a luchar en escuadrones, aprovechando el terreno y usando formas defensivas contra las cargas de caballería. Les enseñó que la retirada no era cobardía, sino una forma táctica de combate. Asimismo, inculcó el uso del toque de corneta, como elemento de obediencia táctica de los escuadrones, como hacían los españoles. Además creó un verdadero servicio de "investigaciones e inteligencia", utilizando hombres, mujeres y adolescentes. A ellos se les brindaba una preparación profesional, por ejemplo en caracterizaciones: simulaban ser borrachos, locos, cristianos o traidores de su pueblo con el fin de trabajar como falsos colaboradores, sirvientes o esclavos de los españoles, simulando no entender el idioma español y así sacar información vital, además de difundir noticias o datos incorrectos sobre los posibles ataques del ejército mapuche; además realizaban entrenamientos de visibilidad nocturna, sometiendo al agente a vivir durante días sin ver la luz del sol, con el fin de que posteriormente en las noches, hiciera el trabajo de espionaje nocturno, viendo como si fuese de día; además se les enseñaba el exclusivo sistema de comunicación mediante el movimiento de ramas de árboles. Lautaro eligió e instruyó a comandantes para las diversas secciones de su completo y jerarquizado ejército; Incluyendo a un toqui jefe del servicio de investigaciones, el cual supervisaba y daba cuenta de las acciones de su servicio.
Físicamente, Lautaro era un joven no muy alto, más bien grueso, de unos ojos negros penetrantes, cuerpo robusto y rostro lleno. Anchas espaldas y torso levantado, de agradable apariencia.
Vestía una camiseta colorada española, un bonete de cuero grana. La cabeza rapada era coronada con un copete que se dejaba como insignia de generalato; además portaba la simbólica Toki Kura, emblema de piedra que cuelga del cuello, además de la Clava que portaba en su mano, símbolos del jefe de guerra o Toki.