En los primeros días de marzo de 1812 desembarcó en Buenos Aires un grupo de americanos, entre los que destacaron José de San Martín y Carlos de Alvear. Procedentes de España habían arribado previo paso por el Reinos Unido, y lo hicieron en la fragata inglesa George Canning. Ese itinerario no era casual ni inocente, no podían navegar desde España al Plata; Inglaterra era un antiguo centro de conspiración de los americanos independentistas y los mismos intereses británicos venían a coincidir parcialmente, por sus propias razones, con los planes revolucionarios de los hispanoamericanos.